La serie se establece a principios de la década de 1950 en el pueblo de Cotswold de Kembleford, donde el padre Brown, no sólo es un párroco en la iglesia católica de Santa María sino que ayuda a resolver crímenes ante la exasperación del inspector de la policía a quien a menudo arresta al sospechoso equivocado. Brown, se apoya de las cualidades de sus amigos para resolver los casos a pesar de en ocasiones ellos son sospechosos de algunos y su vocación como sacerdote a menudo le da una idea de la verdad.